¿Alguna vez has oído hablar de la lactosa oculta? Ese enemigo silencioso que se infiltra en los alimentos más comunes, listo para atacar a quienes son intolerantes. A diferencia de lo que se piensa, la lactosa no solo se encuentra en la leche y sus derivados. Así que, descubramos juntos a qué productos debemos prestar atención:
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Productos de panadería: pan, galletas y pasteles, podrían contener lactosa, especialmente si utilizan mantequilla, leche en polvo u otros lácteos como ingredientes.
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Comidas preparadas y envasadas: algunas comidas listas para consumir, como sopas enlatadas, salsas preparadas y aderezos para ensaladas, podrían contener lactosa como aditivo o ingrediente oculto.
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Snacks salados: incluso los snacks salados, como las papas fritas o los nachos, podrían contener lactosa en sus sabores artificiales o en los condimentos.
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Salsas y aderezos: las salsas y aderezos envasados, podrían contener lactosa como ingrediente de relleno o estabilizante.
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Edulcorantes: los edulcorantes artificiales, como algunos tipos de edulcorantes sin azúcar o edulcorantes en polvo, podrían contener lactosa como aditivo.
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Cereales para el desayuno: los cereales para el desayuno, incluso los que no están a base de leche, podrían contener lactosa como ingrediente añadido o como contaminante durante el proceso de producción.
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Carne procesada: algunos productos de carne procesada, como salchichas, salchichones y hamburguesas envasadas, podrían contener lactosa como aditivo para mejorar la textura o el sabor.
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Suplementos alimenticios: incluso los suplementos alimenticios, como tabletas vitamínicas o suplementos proteicos, podrían contener lactosa como relleno o aglutinante.
Pero, ¿cómo protegerse de posibles engaños? La conciencia es tu mejor aliada. Lee cuidadosamente las etiquetas, haz preguntas, prueba las novedades en el mercado que prestan atención a la salud de los consumidores y elige marcas confiables sin renunciar al placer de comer bien.
